La accesibilidad y sus falsos mitos
El diccionario define la accesibilidad en dos puntos:
- Cualidad de lo que es accesible
- Posibilidad de acceder a cierta cosa o facilidad para hacerlo
Por lo tanto, entendemos la accesibilidad como algo necesario para todos pero, con el tiempo, se ha creado una serie de atribuciones falsas entorno a ella. Algunas por falta de información.
Cuantas veces hemos escuchado “la accesibilidad sólo sirve para personas con discapacidad y por eso yo no la necesito”. En esa frase hay dos errores porqué, no sólo sirve para personas con discapacidad (y lamentablemente aún se aplican soluciones arquitectónicas para personas que andan, oyen, ven o interactúan con “normalidad”) y cuando se sale de esa “normalidad” entonces se aplican soluciones especiales sólo para esas personas. Esto es un error. Los entornos deben diseñarse para las necesidades de todas las personas.
El segundo error es considerar que tú no necesitas accesibilidad si no tienes una discapacidad, ya que en algún momento, concreto o permanente, de tu vida la necesitarás. (Ejemplo sin tener discapacidad: subir un quinto piso con las bolsas de la compra y no disponer de ascensor).
Otro falso mito es creer que construir accesibilidad es caro. La gente cree esto porqué reconstruimos nuestros edificios dos o más veces, la primera para levantar la vivienda, y las posteriores para hacerlas accesibles. Si desde el principio diseñáramos los edificios para todos, esto no pasaría. En realidad, invertir en accesibilidad es rentable:
- Se ahorran recursos y tiempo si la accesibilidad se considera desde el inicio.
- Al hacer los edificios seguros se reducen los riesgos. Y por eso las acciones legales.
- La inversión revierte a la sociedad porque servirá para todos, como hemos dicho anteriormente.
Otro falso mito es que ¡una rampa no significa que sea accesibilidad! En muchos casos se instala una rampa para etiquetar la palabra accesible a un espacio. Pero es muy difícil cumplir con las normas y requisitos para que se considere una instalación accesible. Además, no todas las discapacidades son en sillas de ruedas por lo que no ayudan a todos.
¡Debemos luchar para hacer de este mundo un lugar accesible para todos! Sólo así conseguiremos libertad de movilidad.
