Ciudades accesibles
Pocas veces nos preocupamos por el futuro lejano, actuamos en el presente que es lo que nos importa y, a veces, en consecuencia, lo pagamos más tarde. En España, por ejemplo, hay muchos barrios de ciudades y pueblos dónde reside gente que con los años, igual con los edificios, han envejecido. Escaleras infinitas, subidas y cuestas e incluso el pequeño bordillo que separa la calle del rellano de piso dificulta la movilidad por el barrio o por el propio edificio.
Afortunadamente cada vez son más los ayuntamientos y administraciones que toman consciencia de los problemas que sufren las personas de movilidad reducida o edad avanzada, y hay más lugares que se vuelven accesibles, aunque todavía quedan muchas barreras arquitectónicas que suprimir y muchos lugares que acondicionar.
Hay que reconocer el trabajo de la administración y las personas que apuestan cada día para garantizar la movilidad en las ciudades, procurando que los barrios más antiguos tengan total acceso al núcleo urbano y que todos los habitantes de la ciudad puedan moverse con la misma libertad.
Es frecuente la instalación de ascensores públicos para facilitar estos accesos y también se produce, cada vez con más frecuencia, la cesión de suelo público (aceras, patios interiores, etc.) para que las comunidades de vecinos puedan instalar ascensores en las fachadas de sus edificios cuando no disponen de hueco suficiente en la escalera.
En Girona tenemos un claro ejemplo de obra pública para mejorar la accesibilidad, concretamente del barrio de Punta del Pi, donde decidieron suprimir unas escaleras que dificultaban el acceso a un grupo de viviendas del barrio. CITYLIFT fue la empresa que ejecutó el proyecto para la instalación de un ascensor público.
En este video mostramos el proceso de instalación.